Queridos lectores, no les voy a mentir. La semana pasada fue un absoluto desastre a excepción del horóscopo de marzo que escribimos entre Pingus y yo. Nuestra Dj Am I a Dj? nos dejó tirados y ni siquiera se lo pude recriminar. Comprendo que la chiquilla tiene que salir porque está en la edad y porque necesita beber… de fuentes externas y traernos lo last de lo last al magazine. Bien, aceptable. Pero yo también tendría que salir y últimamente me resulta imposible por la cantidad de trabajo que tengo. Ni siquiera les puedo hablar de lo que me pongo -bien pensado nunca lo hago- porque mi atuendo se reduce al uniforme de guía floral y mi actividad a hablar de plantas e historia de este bellísimo lugar. Y estoy feliz pero… ¿Qué les puedo contar entonces? Nada más que mi vida en el jardín. Si les interesa, continúen leyendo. Y si no, esperen a después de Semana Santa que espero tener nuevos contenidos y vida de persona humana.
Mis botas de Gucci (y de goma) y mis camelias naturales. Por cierto, dicen que se vuelven a llevar los logos. ¿Es que algún día dejaron de hacerlo?
Este pasado fin de semana, muy a mi pesar, he tenido que madrugar y mucho. Tras pasar unas noches de tela marinera porque, entre fuertes vientos y ciclogénesis explosivas, aguaceros y hasta granizadas, impactando todo en la claraboya de mi salón, me ha parecido que en lugar de estar en una cama, intentando dormir, estaba capeando el temporal en un barquito típico de las aldeas costeras de Vietnam. En fin, les dejo alguna imagen de estos dos días y me despido hasta mañana. Que Dios les bendiga y les dé mucha salud.
Nuestra Strelitzia reginae con la primera flor de su vida. Ha empezado a abrir hoy y es sencillamente preciosa. Años esperando y esta es la recompensa.
Otra que está de estreno, la Camellia "Bo Nadal", una belleza gallega, como no podía ser de otra manera llamándose así. No precisa traducción. Supongo.
Les deseo un lunes fantástico lleno de buenas noticias, amor y cariño. Reitero mis bendiciones.
Besos, abrazos y flores,
Sylvie Tartán.
Desde el Pazo de La Saleta.