Queridos lectores, el otro día conversando con mi novio a primera hora de la mañana, se me ocurrió introducir este tema. ¿Con qué personaje que haya facllecido te irías a cenar si pudieras viajar en el tiempo? Yo, que no soy nada mitómana, escogí muy decidida al único que idolatro, mi admirado Oscar Wilde.
Dandy, divertido, extremadamente ocurrente e inteligente, elegante… ¡me encantan todas sus obras! Creo que sería fantástico cenar con él. Pero acto seguido, mi chico me hizo cambiar de opinión, manifestando la suya. "Yo me iría con Jesucristo". Vaya, pues yo también, claro, así no vale… ¿Cómo he podido tener ese descuido? Borra, borra, yo elijo a Jesús también.
Joaquin Phoenyx caracterizado en la película "María Magdalena".
Después se nos ocurrió preguntarnos… "y vivo, ¿con quién te irías?". Ni cantantes ni actores, ni tampoco escritores, que ya estoy un poco cansada de egos plumbeos. La verdad es que no se me ocurría a nadie. De nuevo mi novio me hizo la sugerencia. "¿El Papa Francisco?". "¡Sí, sí, con él!", exclamé. Es simpático y un auténtico revolucionario. Le haría un montón de sugerencias y supongo que él frenaría mis deseos de renovación eclesiástica y supresión del celibato en el sacerdocio… y mil cosas más.
Tras la sugerencia y habiéndome ya metido en el lío, él se desmarcó y me dijo que preferiría al anterior, a Ratzinger, todo un intelectual que duró poco en el cargo a petición propia y del que pocos saben realmente quien es. Todos mis respetos, desde luego.
Y todo este embrollo, vino a colación porque en un programa de la televisión estadounidense mi novio había visto que las elecciones sobre este tema recaían en Justin Bieber, en un famoso (allí) jugador de beisbol y demás personajes de este tipo… Estaba el pobre horrorizado y yo con él cuando me lo contó.
En fin, ¿con quién se irían ustedes a cenar, vivo, muerto o entre medias?
Besos, abrazos y buena energía,
Sylvie Tartán.